Ser capaz de realizar un abordaje correcto tanto de primera como de segunda intención de cualquier patología vestibular desde el campo de la fisioterapia y saber identificar las alertas que requieran derivación.
Poder trabajar en la planificación de modelos de rehabilitación y prevención de patología vestibular en centros hospitalarios o de fisioterapia.
Formar parte de equipos interdisciplinarios que trabajan en la confección de proyectos destinados a reducir los costes económicos y humanos derivados de la patología vestibular de gran incidencia en determinados sectores, como por ejemplo el laboral.
El paciente con vértigo sufre una sensación ilusoria rotacional de su alrededor o de él mismo respecto del ambiente, como si todo su entorno se moviera. Las crisis pueden durar desde segundos hasta horas. El caso más frecuente es el vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB), a pesar de que también se produce a causa de la neuritis, la laberintitis, el síndrome de Ménière, entre otros. El vértigo es un síntoma provocado por disfunciones en el oïdo interno donde se encuentra el sistema vestibular, aunque, en ciertos casos, puede venir derivado de una patología del sistema nervioso central.
Paralelamente, el paciente con una patología del sistema vestibular también puede sufrir inestabilidad –tanto estática como dinámica–, sensación de flotabilidad, mareo e intolerancia al movimiento, con vértigo previo o sin. Se hace evidente, pues, el importante grado de incapacidad que puede provocar cualquier patología del sistema vestibular a los pacientes, tanto en la actividad laboral como en la práctica deportiva o en la vida cotidiana, por lo cual se ven gravemente afectadas las actividades más básicas del día a día.
En Alemania, la prevalencia anual de vértigo/mareo en la población adulta es del 22,9%, y entre el 10 y el 20% de los pacientes sufren caídas a causa de los síntomas. Aun así, según H. K. Neuhauser, el paciente inestable o vertiginoso necesita de media cinco visitas médicas para obtener un diagnóstico acertado. Queda clara, pues, la carencia de profesionales especializados en esta rama y la necesidad de poder dar salida a esta cantidad de pacientes. Incluso, según Bhattacharyya et al., en los EE. UU., la media del coste directo e indirecto antes de llegar a un diagnóstico correcto de VPPB es de 2000 $, el 86% de los casos suspenden su actividad laboral y el 68% disminuyen su carga de trabajo.
Actualmente, el grado de conocimiento del VPPB es alto, tanto en su detección como en el tratamiento. Gracias a las maniobras específicas de reposicionamiento se consigue solucionarlo con medias de éxito de más del 70% en tan solo una o dos sesiones. Por otro lado, algunas patologías vestibulares como las hipofunciones vestibulares, que pueden desencadenar inestabilidad, sensación de flotabilidad, mareo o intolerancia al movimiento, requieren más sesiones y un alto grado de formación específica. Hoy en día, contamos con el equipamiento necesario para llevar a cabo una correcta valoración y un tratamiento adecuado, a través del ejercicio terapéutico y con la ayuda de la última tecnología como principal aliada. El otoneurólogo y el fisioterapeuta son los principales profesionales de la salud con competencias para poder dar salida a pacientes con este tipo de patología: el otoneurólogo se ocupa de la parte más médica, desde la prescripción de medicación en casos concretos hasta pruebas complementarias en caso de que sean necesarias, y el fisioterapeuta, de la rehabilitación, que incluye desde el tratamiento de los VPPB hasta todo el proceso de rehabilitación de inestabilidad, mareo u otros problemas de equilibrio. Hay que remarcar que el psicólogo tiene un papel importante sobre todo en casos más crónicos como el síndrome de Ménière o el mareo postural perceptual persistente (PPPD).
A pesar de tratarse de un problema de salud importante con una prevalencia notable, no había hasta ahora formación especializada. Este máster es pues la primera formación altamente especializada que reúne profesorado internacional con una dilatada experiencia clínica y docente para conformar una apuesta formativa única.